martes, 12 de enero de 2010

Desde el Otro Lado

Con sus debidas correcciones.

Desde el Otro Lado
escribo esto, pues
dicen que estoy loco.
Me han llamado orate,
imbécil,
lunático.
Según estoy pirado,
mal de la cabeza,
chiflado,
con un tornillo flojo.
Han dicho que estoy malito,
que ando por las nubes,
en la parra.
Me patina el coco,
estoy como una cabra,
loco de atar,
loco de remate,
deschavetado,
perenne,
mal de la azotea.
Pero es que ellos no saben
que aquello que hace
absurda a esta locura
es ese no-sé-qué
(tan ajeno a la palabra)
que es inexpresable.

viernes, 1 de enero de 2010

Yo tenía nueve años

Antes de entregarles el primer post del año, me gustaría disculparme. ¿Disculparme por qué? pues porque durante el mes de enero, mis queridos lectores, se verán librados de mis publicaciones cuasi-semanales. Así es, comenzaré este año dosmil diez con un merecido viaje a cierto destino que (disculpas, de nuevo) no veo necesario nombrar. Sin más que agregar, les dejo el primer post del año.
(aplausos)

post-data: es más que probable que los accesos a internet que encuentre en mi lugar de destino no cuenten con DSL, pero de ser posible les regalaré alguna sorpresita desde esa tierra misteriosa en la que me encontraré.

Yo tenía nueve años
cuando quería un patín del diablo,
vaya nombre tan curioso
para un monopatín.
Quería mi patinete para
ir al colegio,
bajar a dar-la-vuelta,
cumplir todos mis sueños.

Mi madre lo compró
meses antes de mudarnos.
Lo envolvió en papel a cuadros
(mosaicos de colores)
allí en la casa nueva.
-mira, tu regalo de navidad,
puedes abrirlo ahora
o espera quince días-.
Contesté que esperaría.
No pude aguantar.
Un día que ella no estaba
quité un poco de cinta,
miré tras los mosaicos
(cuadritos de colores)
y vi la caja azul.
Mi estómago gritó.
Menuda mi sorpresa,
mi sueño iba a cumplirse,
tenía mi patinete
y no había nadie allí
que viera mi alegría.

En esas dos semanas
solía quedarme solo,
entonces a escondidas
quitaba los cuadritos
(mosaicos de colores)
y en silencio sonreía.

Llegó la navidad,
rompí cada mosaico
(lluvia de colores)
fingí estar sorprendido
y di un beso a mi madre.

Bajé a jugar al patio
sobre aquellas dos ruedas,
cumplí aquellos sueños.
Tenía un patín del diablo,
un patinete,
vaya nombre tan curioso
para un monopatín.

Para mover el esqueleto

"música moderna ... para gente pendeja" -Silverio. Latest tracks by Mr. Haha Jones