I
Carpe diem quam minime credula postero
El tiempo me ha negado su existencia,
pues sólo existe como la medida
de cómo todo cambia en esta vida
de forma que no hay una trascendencia.
El cambio prueba la interdependencia
en que todo está inmerso sin salida,
un flujo, una armonía; es una ida
de causa y efecto en cada experiencia.
Si todo lo que existe está cambiando
y cambia por los factores externos
es porque nada existe por sí mismo.
Ni el cielo ni la tierra son eternos;
ni el odio, ni el amor, ni el heroísmo.
¿Futuro? Eso no viene importando
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