Llega el jueves, que, nótese la paradoja, ya es viernes. Así, cerramos esta semana de Abril con un poema de métrica curiosa, donde intento recrear no sólo un discurso ensayado frente al espejo, sino el objeto mismo. Sin más que agregar, me despido, querido lector, espero sea de tu agrado.
Frente al Espejo
Quizá sea lo mejor, abandonarte;
aunque este abandono sea temporal.
Después de tantos años en mi boca;
en sueños, en vigilia; noche o día.
Primero yo pensé que no podría
aguantar estar sin ti, mi pasión loca.
Tus flores que no son las de un rosal
me han hecho decidir que he de dejarte.
Tú siempre me has apoyado en el arte,
y yo sé que en ti no reside el mal,
pero está decisión es una roca
tan firme que ni Dios la movería.
Sabía que la angustia me quemaría
las venas al mirar que otro te toca,
mas he de seguir fiel a mi moral
y tal vez un día habré de superarte.
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