Este poema lo escribí tras conocer a un personaje de mi barrio,
personaje que, como diría cierto amigo, es la pura experiencia.
La Fama de Dani
El humo de su camión
cubre las paredes huecas.
Su calle, estrecho Trabajo
nada en una nube azul.
Dime, Daniel
¿cómo perdiste los dientes?
Cuéntame más
¿qué le pasó a tus parientes?
Cuéntame, hermano
¿cuándo estuviste en la cárcel?
Vamos, El Dani
¿cómo llegaste a esta calle?
Mira su Fama querida,
es el vigía de su barco.
Papas, carnitas, Tonayan,
yerba, cerveza, cigarro.
Dime, Daniel
¿cuándo dejaste la piedra?
Cuéntame más
¿cómo compraste esta tienda?
Cuéntame, hermano
¿cuál de tus hijos murió?
Vamos, El Dani
arregla ya ése camión.
Si la poesía es música, el verso libre es Jazz. Un buen jazzista ha de dominar la teoría musical que respalda años de tradición; lo mismo sucede al poeta. "Para romper con el canon primero hay que dominarlo"
domingo, 22 de noviembre de 2009
viernes, 13 de noviembre de 2009
Mindwatch
Un poema que nació tras varias horas de reflexión, y claramente influenciado por Siddhartha Gautama,Timur Bekmambetov, Albert Hoffman y Pink Floyd. (nótese el epígrafe de los últimos)
Mindwatch
You lock the door
And throw away the key
There's someone in my head but it's not me.
Soy Anton Gorodetsky,
he estado en el oscuro,
esa dimensión paralela.
Paralela pero tan cercana,
redundantemente oscura.
No es un reflejo,
parece estar en todos lados.
Es como un desfase.
Una vez dentro
te sientes diferente
no te sientes tú
ahora eres un Otro.
A veces te miras tan distinto
(conoces la otredad)
a veces un demonio
a veces una bestia
a veces ya no estás.
Ya no eres el mismo
(o al menos eso crees)
Lo cuestionas,
y entonces te preguntas
qué es la humanidad.
Entablas un debate,
un soliloquio a dos voces
(que son el mismo personaje)
-No es mi cuerpo,
pues estoy en otro (cuerpo)
y sigo siendo yo.
No es mi mente,
pues (mi mente) está cambiando
todo el tiempo.
Aún si en veinte años
fuera (yo) mi némesis
seguiría siento yo.
Tampoco es la unión
formada por ambos,
pues ahora tengo claro
que se pueden separar.
Mindwatch
You lock the door
And throw away the key
There's someone in my head but it's not me.
Soy Anton Gorodetsky,
he estado en el oscuro,
esa dimensión paralela.
Paralela pero tan cercana,
redundantemente oscura.
No es un reflejo,
parece estar en todos lados.
Es como un desfase.
Una vez dentro
te sientes diferente
no te sientes tú
ahora eres un Otro.
A veces te miras tan distinto
(conoces la otredad)
a veces un demonio
a veces una bestia
a veces ya no estás.
Ya no eres el mismo
(o al menos eso crees)
Lo cuestionas,
y entonces te preguntas
qué es la humanidad.
Entablas un debate,
un soliloquio a dos voces
(que son el mismo personaje)
-No es mi cuerpo,
pues estoy en otro (cuerpo)
y sigo siendo yo.
No es mi mente,
pues (mi mente) está cambiando
todo el tiempo.
Aún si en veinte años
fuera (yo) mi némesis
seguiría siento yo.
Tampoco es la unión
formada por ambos,
pues ahora tengo claro
que se pueden separar.
domingo, 8 de noviembre de 2009
Distracciones
En cierta terminal aérea, centro recurrente del turista extranjero, me vi obligado a pensar en ti. Yo no quería, pues eres un tema tan recurrente en mi cabeza que a veces me resultas aburrido, por lo menos como tema. Las cárceles telúricas que son las horas me obligaron a buscar otro objeto en qué centrar mi atención.
Distracciones
La niña de la mochila verde
viene con el hombre del sombrero.
Su hermana está de impertinente,
pues quiere pasar primero.
Una extranjera viste ropa étnica local
su novio,
un mexicano,
no trae nada nacional.
Los niños juguetean,
pegan gritos, dan de saltos.
Al fondo de la sala hay cinco hombres,
todos calvos.
El hombre del sombrero se sonríe
hace muecas.
Sus hijos, mientras tanto,
en el suelo dan de vueltas.
Yo me aburro y los observo,
no me importa quiénes son,
sus historias no me invento,
he olvidado la razón.
Narro en mi cabeza lo que veo,
de la pluma va al papel.
Sólo cuento este aeropuerto,
tengo ganas de tu piel.
Distracciones
La niña de la mochila verde
viene con el hombre del sombrero.
Su hermana está de impertinente,
pues quiere pasar primero.
Una extranjera viste ropa étnica local
su novio,
un mexicano,
no trae nada nacional.
Los niños juguetean,
pegan gritos, dan de saltos.
Al fondo de la sala hay cinco hombres,
todos calvos.
El hombre del sombrero se sonríe
hace muecas.
Sus hijos, mientras tanto,
en el suelo dan de vueltas.
Yo me aburro y los observo,
no me importa quiénes son,
sus historias no me invento,
he olvidado la razón.
Narro en mi cabeza lo que veo,
de la pluma va al papel.
Sólo cuento este aeropuerto,
tengo ganas de tu piel.
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Para mover el esqueleto
"música moderna ... para gente pendeja"
-Silverio.
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