viernes, 7 de diciembre de 2012

Tres de astros

Publico esto viendo las estrellas y deseando que esta noche hubiese luna.

Mi órbita
Enclaustrado en el mar de Galileo,
girando sobre mi eje vivo el paso
de tus destellos reales, fuego etéreo.
Me amarga en cada giro aquél ocaso
que llega a oscurecerme, no te veo
y no sé dónde te hallas, astro amado;
por eso es que las noches son tan largas
y a veces el temor es demasiado.
Pero ese sentimiento me abandona
tan pronto tu calor en mi descargas
y siento tu sonrisa juguetona;
estás detrás de mi, bribona estrella,
y giro en torno a ti, magna corona,
pues mi camino trazas, joya bella.


Luna enclaustrada
Bajo las nubes, se esconde
tras un cristal palpitante
la joya en cuarto menguante
que brilla no importa dónde.
Ella me invita a que ahonde
en el pacífico oleaje;
a que me embarque en un viaje
al interior del espejo,
para encontrar al conejo
que lleva como tatuaje.


Mapa de grecia
Contemplo a las personas desde arriba
y a ti te miro siempre desde abajo,
pues cumplo una misión, y es mi trabajo
seguirte a donde vayas, fugitiva.

Yo soy en tu blancura la cursiva,
la línea enmarañada vuelta andrajo,
y no es que me rebaje a escupitajo
mas mi alma de la tuya está cautiva.

Si tú eres el espacio que yo habito,
mi tierra, aquel lugar en el que existo,
tu suelo cubriré con mi azulejo.

Si tú eres mi gigante de granito,
y entonces con mi cuerpo el tuyo visto,
seremos tú la luna y yo el conejo.

lunes, 21 de mayo de 2012

Siberia

¿Vivo? ¿muerto? esas no son sino condiciones materiales del poeta. ¿Qué nos importa el poeta? aquí está su obra, el hijo que ya no forma parte del padre, la creación que ya se defiende por si misma. No hay poeta sin poema, del mismo modo que es el hijo quien hace al padre, pues sin él no sería sino sólo otro hombre.

Siberia
Yo nunca he puesto un pie sobre Siberia,
jamás he visitado sus desiertos,
sus cárceles, helados maleficios.

No sé cómo se ve aquél blanco infierno,
el gélido temor al aislamiento,
su témpano de vidrio vuelto polvo.

Si algún día fuese a aquéllas manchas blancas
seguro gritaría tu nombre al viento,
y no tendría respuesta más que el mudo
rugir del laberinto siberiano.

Jamás iré a Siberia sin tus ojos,
sin ellos no sabría cómo encontrarme.
Pensé en llevar tus labios, pero entonces
podríamos pegarnos con un beso.

Jamás iré a Siberia sin tus pies.
Seguro que se ven
hermosos en la nieve.

Siberia, el blanco polvo del exilio.

Las plantas no florecen en Siberia,
Tampoco hay colibríes;
al menos no en la tundra.

Quizá algún día visite
la taiga siberiana,
allí el verano es breve pero basta
para que exploten flores amarillas:
minas anti-tristeza
en suelo comunista.

¿Por qué la guerra fría en que combatimos
jamás nos ha llevado a suelo siberiano?
Quisiera hubiese paz entre nosotros
y no este infierno mudo,
el eco del silencio bajo cero.

Por eso no pienso ir a aquellas tundras,
no hay nada para mí sino el exilio
y para conocerlo no tengo que viajar.

Estoy a medio mundo de Siberia
y sé lo que es rogar tu nombre al viento
al grado que mi voz cae congelada.
La tundra siberiana
es eso que se escucha cuando callas:
la escarcha del silencio entre tus labios.

miércoles, 22 de febrero de 2012

Preceptiva

Han llegado a mis oídos, con más frecuencia de la que me gustaría, ciertos comentarios en torno a la composición de poesía clásica que rallan en la ignorancia total. "Si es que todos los sonetos son iguales", me dicen; "Si lees una décima lees cien, si lees cien décimas lees una", me han dicho; "Si es que no hay mérito en hacer liras y endechas, lo de hoy es el verso libre". No pienso discutir la validez, o invalidez del verso libre, que de nuevo no tiene nada, recordemos que Freyre ya la usaba hace casi cien años. Es cierto que mucho ha sucedido en la poesía desde que los sonetos de Petrarca llegaron desde Italia, sin embargo también ha transcurrido mucho tiempo desde que Mozart compuso su Sonata para piano No.11, y no por eso las sonatas de Igor Stravinsky, compuestas en pleno siglo XX, resultan menos bellas u "originales" (curiosa noción es la "originalidad"). En fin, como en todas las artes, en la poesía hay formas canónicas, para las cuales se ocupa de ciertos lineamientos que han de ser respetados. Claro está que el elemento del "genio" es lo que separa a un poeta de un simple versificador; a un artista de un artesano.

El poema de ésta semana es un soneto que, más que pretender ser un manual de preceptiva, propone ciertos lineamientos y consejos que me resultan útiles al momento de componer un soneto.

Metasoneto
Si escribes un soneto hazlo despacio;
coloca con cuidado tus acentos,
pues son muchos los encabalgamientos
que te hacen pegar saltos cual batracio.

Habrás de ejercitar como en gimnasio
la forma en que introduces elementos
retóricos, así tus planteamientos
ocuparan con orden el espacio.

Recuerda que el soneto es silogismo
en verso y a la lógica está atado.
Conclusión y premisas en el mismo

sacuden al lector que ha terminado
de leer aquel poema, tras un sismo
que con catorce versos lo ha noqueado.

domingo, 19 de febrero de 2012

Para Amanda

Para Amanda
“El final no lo escogemos nosotros. A veces alguien más lo hace.”
– Alejandra Gotóo

¿Y quién soy yo si no sólo otro Alberto?
un pobre pusilánime de cuarta.
No soy más que el dinero dejado en el buró,
un puño de monedas que no alcanzan
para pagar tu viaje de regreso.
Pero es que tú no entiendes el mensaje,
y yo soy incapaz de pronunciarlo.
No quiero que te vayas a tu casa
y dejes tu calor sobre mi almohada,
mi cama, las paredes y mi ropa.
Quisiera despertar todas las noches
y ver tu cuerpo etéreo junto a mí.

Llegaste a Cuernavaca con la noche
borrando todo rastro de tus huellas,
soñaste que vivías en un sueño,
tan sólo éramos niños jugando a estar despiertos.

Ya no sé cuántas veces he llegado
con un ramo de flores amarillas
pidiendo que te olvides del noquiero.
Yo sé que las cadenas son pesadas
y ahora no soy nada más que un hombre.

Amanda, por favor, regresa a casa,
no quiero que tomes el autobús,
entiende mis mensajes, mis palabras;
no te he dado dinero, pues quiero que te quedes.

Yo sé a qué te refieres cuando dices
que te duelen las manos, que pesa el respirar.
También sé qué se siente pasar toda la noche
buscando tener sueños que sean la realidad.

Me enferma no tener tu cuerpo aquí,
que el único vestigio de tus pétalos
sea el fatuo olor a vida
de aquellos calcetines
que están bajo mi almohada.

No quiero que tomes el autobús,
quisiera galopar en bicicleta,
que llegues a la casa
(la casa que no es mía sino nuestra)
a bordo de un corcel hecho de flores,
de flores que combinen con tu piel.

No sé qué se rompió, niña pequeña,
pero ésta vez rompimos algo grande,
las cosas que se rompen,
incluso si se pegan,
jamás serán lo mismo que un día fueron.

viernes, 3 de febrero de 2012

de vuelta y es febrero

Buenas noches, mis queridísimos lectores fabricados. Es una pena que mis intervenciones en éste mundo digital sean cada vez más esporádicas, pero les tengo una buena noticia: me he hecho del compromiso moral de no abandonarlos con tanta frecuencia, y, si es posible, volver a la bonita costumbre de dejarles un post a la semana. Es por eso que, sin mayor preámbulo los dejo con una nueva espinela, con especial dedicación a mis colegas vates.

Cenzontle
Canta con voz melodiosa
para iniciar el cortejo,
para anunciar un festejo
o celebrar cualquier cosa.
¡Qué melodía tan hermosa!
vaya que causa mil goces.
Calma a las bestias feroces
con la armonía de su coro.
De infinito repertorio
son sus cuatrocientas voces.

Para mover el esqueleto

"música moderna ... para gente pendeja" -Silverio. Latest tracks by Mr. Haha Jones